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Enseñanza (Córdoba), USTEA, Frente de Estudiantes, Estudiantes en Movimiento (Eem-Sevilla), Plataforma de Ampas Niños del Sur (Córdoba), Laicistas de Jerez, Escuela de calor (Ampas de Sevilla), REDES (Renovación de la Educación y Defensa de la Enseñanza) y Colectivo Prometeo ha promovido una campaña dirigida a las familias y al estudiantado andaluz, durante el mes de junio, instándoles a no matricularse en la asignatura de Religión, pues consideran que ésta debe salir del espacio y del currículo escolar.
En un comunicado conjunto, las asociaciones denuncian que las distintas leyes educativas, incluida la reciente LOMLOE, “llevan décadas apuntalando los privilegios de la jerarquía católica a través de la pervivencia de la catequesis en todos los centros educativos en horario lectivo y de la no menos grave extensión sin límites de la escuela privada subvencionada”. La LOMLOE, respecto a la asignatura de Religión,“ se ha limitado sólo a que deje de tener asignatura alternativa y carecerá asimismo de valor académico para solicitar becas o para hacer la media de Selectividad, lo cual es absolutamente insuficiente en cuanto al objetivo de lograr la plena laicidad del sistema educativo”.
“Según los extraños límites que envuelven la enseñanza religiosa en los centros educativos, construidos sobre un acuerdo internacional (el suscrito en 1979 por España y la Santa Sede)”, varias sentencias del Tribunal Supremo y la propia norma del Ministerio de Educación, el derecho del alumnado a cursar la asignatura de Religión “obliga al resto, que no la cursa, a mantenerse mientras entretenido en una especie de cajón de sastre denominado Atención Educativa. ”No es de recibo que para proteger el derecho de parte del alumnado a cursar la asignatura se haga a costa de perjudicar al resto“.
Ante ello, “lo más simple y práctico sería sacar la asignatura de Religión del currículum porque distorsiona y complica la organización escolar de los centros o, en todo caso, cursarla fuera del horario lectivo común”.
Razones
Sobre las razones para no matricular a los menores en la asignatura de Religión, las asociaciones afirman que “provoca la segregación del alumnado en función de las creencias de sus padres y madres, vulnerando el derecho a la libertad de conciencia” y que “elimina horas lectivas de otras asignaturas”.
En tercer lugar, defienden que “hay contenidos del adoctrinamiento y proselitismo religioso que entran en contradicción con la razón, la ciencia y con los derechos humanos, como la libertad de orientación sexual y la libertad de las mujeres, o el origen de la vida y del universo”. Esto hace que “la educación en igualdad de niños y niñas no sea compatible con algunos de los dogmas religiosos en donde la mujer es subordinada dentro de un modelo de sociedad patriarcal”. Estos mismos dogmas, sostienen las organizaciones, “van en contra del pensamiento crítico y de la autonomía personal”.
Por otro lado, denuncian el financiamiento público de “las personas que imparten Religión, designadas pro los obispados y otros jefes religiosos en base a su fe y cumplimiento de su doctrina”. Por todo ello, los firmantes manifiestan que los centros de enseñanza “deben servir para aprender y no para creer”.