La Gracia Del Creyente

La religión más antigua del mundo es la única (de las grandes) que va a seguir pagando el IBI

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Juan Carlos Ramchandani es un sacerdote español. Dirige el culto, enseña la fe, aconseja a sus feligreses y sirve a su comunidad por toda España. Para poder hacer todo esto, está dado de alta como ministro de culto por la Subdirección General de Libertad Religiosa del Ministerio de Presidencia. Sin embargo, hay algo que lo diferencia de la mayoría de sus colegas de profesión. Ni él ni su religión tienen ventajas fiscales. Ramchandani es hinduista, y su credo, el más antiguo del mundo, se queda fuera de las ayudas que el Estado ya da al 99% de las entidades religiosas registradas en España. 

El último cambio en la ley de Mecenazgo aprobado hace solo unos días por el Congreso de los Diputados, da nuevos beneficios a cuatro entidades religiosas: Iglesia ortodoxa, Unión Budista, Testigos de Jehová y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones). El objetivo era igualar las condiciones de estas confesiones minoritarias a las de las mayoritarias (Iglesia católica, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas, la Federación de Comunidades Israelitas y la Comisión Islámica) por lo que estos ya no tendrán que abonar el IBI de la mayoría de sus posesiones ni pagar el impuesto de Sociedades. Además, también estarán exentos de tributos locales (IAE y plusvalía, entre otros) y sus donantes podrán gozar de desgravaciones fiscales en el IRPF. Según el Gobierno, esto suponía equiparar la situación de todas las religiones para garantizar la libertad religiosa, pero no es cierto.

Con la actualización, en la España más laica de la historia, el 99% de las religiones se librarán de pagar muchos de los grandes impuestos, pero sí habrá un pequeño grupo que seguirá como antes. Todo por culpa de un concepto poco conocido: el notorio arraigo. «Nosotros llevamos años pidiendo que se nos incluya en la lista de religiones de notorio arraigo en España. Primero porque hay datos que muestran que hay hindúes en territorio español desde mediados del siglo XIX, en Ceuta está el primer registro oficial, pero puede haber ejemplos anteriores en Canarias, y contamos con un número de fieles lo suficientemente amplio como para que se nos incluya. Pero las condiciones han cambiado con los años y ahora nos encontramos con una situación de discriminación que sigue acrecentándose», comenta Ramchandani, que además de sacerdote es presidente de la Federación Hindú de España y vicepresidente del Hindu Forum of Europe. 

El caso de los hinduistas es quizá el más llamativo porque se quedan fuera a pesar de contar con más fieles, según datos oficiales tienen 75.000 practicantes, que otras religiones incluidas en la lista como el judaísmo (40.000) o los mormones (unos 50.000), pero no están solos. A ellos se suman credos minoritarios que también llevan años peleando su estatus jurídico como los bahaí, los sijs o los gnósticos. En total, el Registro de entidades religiosas del Ministerio de Justicia cuenta con 19.625 entidades, de las cuales solo 216 seguirán pagando todos los impuestos (la mayoría, 108, bahaí). Hasta el nuevo acuerdo ya contaban con los beneficios más del 97% de las incluidas en la lista, y ahora el número ha ascendido hasta el 99%.

Ramchandani critica esta situación, pero no solo por los impuestos, sino porque su condición de culto que no cuenta con esa distinción de notorio arraigo también los discrimina en muchos más puntos. «Por ejemplo, nuestros matrimonios no tienen validez legal, oficialmente los sacerdotes hindúes no podemos entrar a un hospital o a una cárcel a asistir a un fiel de nuestra religión, ni contamos con espacios en sitios como los aeropuertos internacionales para nuestros feligreses». Pero, ¿por qué no cuentan con este estatus? Desde que lo recibiese la Iglesia ortodoxa en 2010, nadie más lo ha vuelto a conseguir. «En 2015 se aprobó una nueva normativa que intentaba poner orden en este punto, porque antes se hacía de forma bastante subjetiva, pero ha hecho que sea imposible acceder a ella», apunta el sacerdote. 

Esta distinción también la critican incluso asociaciones promotoras del laicismo y la libertad de conciencia, como Europa Laica, en conversación con El Confidencial. «Ya nos parece contradictorio que el Gobierno, que en teoría quería quitar privilegios a la Iglesia católica, haya optado por cambiar su postura y dar nuevos privilegios a otras confesiones, pero usar lo del notorio arraigo también tumba su argumento de que esto se hace para garantizar la libertad religiosa, pues no llega a todas».

La subjetividad del ‘notorio arraigo’

Este estatus nace en 1980 con la ley de libertad religiosa que abre el camino al reconocimiento de otras creencias, además de la católica, pero apenas se acota el término. «El Estado, teniendo en cuenta las creencias religiosas existentes en la sociedad española, establecerá, en su caso, acuerdos o convenios de cooperación con las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas inscritas en el Registro que por su ámbito y número de creyentes hayan alcanzado notorio arraigo en España. En todo caso, estos acuerdos se aprobarán por Ley de las Cortes Generales», detalla la norma. Con esto sobre la mesa, se aprueban normas para reconocer en 1984 a judíos y evangélicos y en 1989 a musulmanes. Las tres religiones firman en 1992 acuerdos de cooperación con el Estado para intentar igualar su situación a la de los católicos. Pero la cosa cambia con el nuevo siglo.

En 2003, José María Aznar decide personalmente colocar en esa lista a los mormones y poco después, con los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, entran Testigos de Jehová, budistas y ortodoxos. Su situación, sin embargo, queda en un limbo hasta este mes porque no se llega a firmar ningún acuerdo de colaboración con el Estado y todo se para aún más en 2015. Mariano Rajoy aprueba por real decreto unas condiciones más estrictas para controlar este estatus y se establecen criterios objetivos para poder conseguir el notorio arraigo, y hasta ahora nadie lo ha conseguido. 

Para poder pedir el notorio arraigo, las entidades necesitan:

  • Llevar inscritas en el Registro de Entidades Religiosas 30 años, salvo que la entidad acredite un reconocimiento en el extranjero de, al menos, sesenta años de antigüedad y lleve inscrita en el citado registro durante un periodo de 15 años.
  • Acreditar su presencia en, al menos, 10 comunidades autónomas y/o ciudades de Ceuta y Melilla.
  • Tener 100 inscripciones o anotaciones en el Registro de Entidades Religiosas, entre entes inscribibles y lugares de culto, o un número inferior cuando se trate de entidades o lugares de culto de especial relevancia por su actividad y número de miembros.
  • Contar con una estructura y representación adecuada y suficiente para su organización a los efectos de la declaración de notorio arraigo.
  • Acreditar su presencia y participación activa en la sociedad española.

«Nosotros cumplimos bastantes de los requisitos, como los años y la presencia en hasta 14 comunidades. También constituimos la Federación Hindú para que hubiera un interlocutor claro, como pedía el Gobierno, pese a que nuestra religión no tiene una estructura centralizada. Sin embargo, nos falta cumplir con algún otro punto, como las 100 inscripciones en el registro. Que no se haya dado ningún notorio arraigo más desde 2010 da una idea de lo complicado que es cumplir con todo lo que se pide cuando antes era una decisión política», añade el experto.

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El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, con los representantes de la Iglesia ortodoxa, la Unión Budista, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) y los Testigos de Jehová. (EFE)

Sin embargo, los hinduistas no tiran la toalla porque, aseguran, es la única forma de que las instituciones te tengan en cuenta. «No hemos presentado la solicitud oficial porque no cumplimos todos los requisitos, y también admitimos que hay parte de culpa por nuestro lado porque falta que muchas de las entidades se apunten en el registro y no se queden como asociaciones. Pero siempre lo hemos reivindicado a la espera de recibir una luz verde de la Administración». Según el sacerdote, el Gobierno de momento ha obviado a su religión y solo en 2018 la entonces ministra de Justicia, María Dolores Delgado, se reunió con ellos. «Pero no hemos tenido ningún acercamiento más».

Mientras España apoya, Noruega recorta

Más allá del caso de esta religión, el movimiento del Gobierno con la Ley de Mecenazgo ha sido criticado por más grupos como el propio partido Unidas Podemos, que se opuso a esta propuesta impulsada por el PDeCAT y el PSOE. Pero es que también choca con lo ocurrido en otros países donde confesiones como los Testigos de Jehová o los mormones están enfrentando diversos escándalos. El más reciente es el caso de Noruega, donde el Estado lleva tiempo litigando con los Testigos de Jehová por la retirada del registro como comunidad religiosa en el país. Por tanto, han perdido todos los derechos adquiridos con este registro, como la posibilidad de celebrar matrimonios oficiales o recibir subsidios. Hace solo unas semanas un tribunal de Oslo ratificó la decisión estatal. 

En España esta misma religión también se encuentra inmersa en un juicio tras haber denunciado una de sus congregaciones a algunos de sus exmiembros. Es el primer caso de este tipo que vivimos en nuestro país y se sitúa en Torrejón de Ardoz después de que la congregación de testigos de esta ciudad madrileña demandase a una asociación cuyo nombre es Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová. Aseguran que esta denominación vulnera el honor de su religión. Este caso ha levantado una ola de denuncias por parte de otros exmiembros y algunos, como Soraya Narez, se han hecho virales en redes sociales al contar lo que, según ellos, vivieron como testigos de Jehová hasta su salida.

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